La educación debe tener como objetivos tres ideales: paz, libertad y justicia social, con tres ideales nosotros podremos combatir cinco males que tiene la humanidad las cuales son: pobreza, exclusión, las incomprensiones, las opresiones y las guerras, por ello es importante priorizar a los niños y adolescentes, ya que ellos serán las próximas generaciones que tomarán decisiones como ciudadanos. Es importante que la educación este integrada con la escuela, comunidad y familia, para así desarrollar toma de decisiones en las dimensiones: políticas, económicas y financieras de acuerdo a las necesidades y la realidad, por ello es importante nuestros niños, ya que ellos son el futuro de nuestra sociedad peruana.  

Como educadores debemos poner puentes entre el contexto mundial y el local, en donde la educación debe permitir integrar a los individuos a la economía local o global de mercado, sin perder sus raíces y aprendiendo a convivir en colectividad, en otras palabras, no ser alienado, ni mucho menos aculturado, hasta en peores de los casos ser enajenado, al contrario, revalorar lo nuestro y mostrarlo al mundo, debemos reforzar nuestra educación intercultural, respetando la diversidad de culturas en nuestro territorio peruano. Pero a veces la tradición y la modernidad son una problemática de la cual debemos entrelazar puentes para así construir una autonomía y dominar las revoluciones científicas que se están dando constantemente en nuestra sociedad.

Nuestro sistema exige respuestas y soluciones rápidas en torno a la educación, pero debemos entender que para resolver muchos de estos problemas necesitamos ser pacientes y aprender a construir desde las aulas una nueva pedagogía autóctona, para así encauzar a los hombres y mujeres que no solo sirvan para acumular como un ‘‘banco de conocimientos’’ y se conviertan en solo memorísticas de la educación tradicional – neocolonialistas – burguesa imperante de nuestro país, al contrario debemos forjar hombres y mujeres completos, que estén aptos e idóneos para la vida y que tengan conciencia crítica ante las diversas coyunturas a nivel nacional e internacional, porque la educación como esencia tiene el fin de concientizar al ser humano en base a información que se convierte en conocimientos los cuales serán el punto de partida para las grandes transformaciones sociales que el Perú requiere con gran urgencia.

Por ello, la única vía para salir de la infelicidad causada por la guerra, la crimilidad y el subdesarrollo, es revalorizar los aspectos éticos y culturales en la educación, pero autóctona dejando de lado los paradigmas tradicionalistas europeos, por lo tanto, los educadores cumplimos un rol protagonizador, de llevar a la reflexión y apreciación crítica a nuestros estudiantes. Debemos fomentar una educación integral en su totalidad, no solo debe ser una mera transmisión de conocimientos sino a enseñarle a ser hombres y mujeres en plenitud, ya que muchos de los problemas universales citados anteriormente son producto de las crisis antropológicas en relación con la autoestima, autoconcepto, autovaloración y dilemas morales. La educación es perenne y constante, por eso toda la vida personal y social puede ser objeto de aprendizaje y de acción. La finalidad de la escuela debe generar un gusto y placer de aprender, nuestra misión como maestras y maestros se resume en lo siguiente: ‘‘Conocer la realidad, para interpretarla y transformarla’’